Obra en la que el ambiente intimista, amigo de silencios, que ha caracterizado la reconocida trayectoria del autor es llevado al extremo: sólo un piano, ejecutado por Mikel Azpiroz, y la voz y acordeón de Jabier, aderezados por las puntuales intervenciones de la vocalista Mireia Otzerinjauregi. Con canciones que parten de textos de grandes poetas vascos: Bernardo Atxaga, Iñaki Irazu, Harkaitz Cano, Gerardo Markuleta, José Luis Padrón,Lourdes Oñaederra, Rikardo Arregi; y, en castellano, Javier Rodriguez Marcos, la grabación se llevó a cabo en dos fases: la primera, en el Auditorio de El Vendrell, donde se grabaron los pianos, a cargo de Mikel Azpiroz. La segunda, en los estudios Katarain, en Azkarate (Navarra), bajo la supervisión del técnico Angel Gonzalez Katarain, donde se grabaron la voz y acordeón de Jabier Muguruza y los coros de Mireia Otzerinjauregi. El resultado, es la obra más madura que el músico de Irún nos ha ofrecido hasta el momento, con un sobresaliente nivel compositivo y literario. Para el oyente, desde los primeros compases, resulta incuestionable que la conjunción cómplice entre el piano sutil de Mikel Azpiroz y la voz cercana de Jabier Muguruza funcionan de una forma brillante y siempre cautivadora. A ello se añade la colaboración especial del cantante norteamericano Jackson Browne. En resumidas cuentas, un bálsamo, un deleite para nuestros oidos, en estos tiempos de prisas, confusión y ruidos.