Programa variado, collage, popurrí, muy pinturero y eficaz, para el disfrute ameno y para seguir las cambiantes evoluciones de una formación coral ya histórica es el que nos ofrece este compacto, en el que se agrupan músicas de diferentes géneros, épocas y estilos. Todas ellas promueven sin duda el lucimiento y el solaz. En esta caleidoscópica selección reside justamente el atractivo de la publicación, llena de contrastes, de saltos que podríamos calificar incluso de peligrosos, pero de una riqueza de contenidos que ha de ayudar a la buena digestión musical. De la plegaria más austera al canto de alegría más desbordante; del lirismo más intenso al aire de danza; de la canción popular a la rigurosa y severa organización formal. De todo cabe en esta gozosa fiesta, en la que las afinadas y bien templadas y emitidas voces de los orfeonistas tienen, a solo o en grupo, oportunidad de lucimiento y base para encandilarnos y hacernos, a nuestra vez, cantar con ellos en busca quizás de esa serenidad, de esa paz que todos anhelamos y a la que cantamos de viva voz o en el interior de los corazones.