Las tareas domésticas y los cuidados familiares, así como la carencia de facilidades para la conciliación trabajo-familia en las empresas, son las principales dificultades con que se encuentran las personas para compatibilizar trabajo y familia. La permeabilidad entre ambos ámbitos ha provocado que el conflicto trabajo-familia sea uno de los riesgos psicosociales que más atención ha recibido durante los últimos años. Existen marcadas diferencias de género en el conflicto entre las esferas familiar y laboral. Sin embargo, la interacción entre los ámbitos laboral y familiar está determinada no sólo por este factor, sino también por factores socioculturales, organizacionales, laborales, familiares y actitudinales. El análisis de estos factores puede proporcionar líneas de intervención para la prevención de este conflicto, que deberían concretarse en medidas específicas tanto a nivel comunitario como en los contextos familiar, laboral y organizacional.