En el verano de 1989, recién detenidas las hostilidades de la Primera Guerra del Golfo Pérsico entre Iran e Irak, Ricardo, empleado de una empresa española con intereses en la zona de Oriente Medio, llega a Bagdad para supervisar los contratos para la construcción de una acería. Allí será testigo, junto a su socio Nacho y su amiga Jenny, de la tensión derivada del conflicto y de la represión que el régimen de Saddam Hussein ejerce sobre su propia población. Finalmente, tras ser expulsado del país en tiempos de la Segunda Guerra del Golfo, vagará sin rumbo por el mundo, de misión comercial en misión comercial, de negocio imposible en negocio imposible, añorando sutilmente su época en Irak. Al mismo tiempo, en Kerbala, el campesino Samir, sus tres esposas y su vecino Munir, el herrero, intentan sobrevivir como pueden trabajando sus tierras y confiando en que algún día acabarán sus penurias, ya que a los padres de Samir les fue revelada una profecía: Aixa, la hija de Samir, cuya llegada fue vaticinada desde el cielo en tiempos del protectorado británico, cambiará el mundo. Por eso, aunque Samir no sabe ni siquiera leer, ha enviado a su hija a estudiar a Bagdad, donde Aixa se codea con familias ricas y personas cercanas al régimen hasta que el reclutamiento de su hermano Mohamed, y la muerte de Samir harán que la vida tranquila en el campo de esta familia se transforme hasta hacérseles necesario salir del país. Su huida llevará a unos a Jordania y a otros a Europa, en un periplo que les hará plantearse todas sus creencias. Pero, ¿llegarán a juntarse las historias de Ricardo y de Aixa? Y ¿qué papel desempeñará en ello Lidia, la pequeña dromedaria huérfana propiedad de la familia de Samir y responsable de hacer girar la rueda del molino? Solo las palomas Ying, Yang y Kurdi, comentaristas inesperadas de esta historia, pueden saberlo.