Memorias de una housekeeper empieza a escribirse el día en que la autora decide emigrar a Escocia para buscar un empleo que le permita una vida estable y digna. Su primer trabajo nada más llegar consiste en ser camarera de pisos, housekeeper, en un hotel low cost cercano al aeropuerto. De esa experiencia, de la memoria de los primeros días trastornada por el cambio cultural, meteorológico, y deslumbrada por la belleza mágica de esta ciudad del norte, nacen estos versos. La memoria simplemente está ahí, a veces se hace la dormida, otras veces tiene ataques de hiperactividad, otras, solo camina en direcciones que no esperamos o nos deja esperando sin darnos tan siquiera un brillo. La memoria muta a lo largo de la vida, cambia con nosotros, nos hace nosotros. Este poemario cuenta la historia de lo que la memoria de la autora guarda de aquellos días: cómo comenzó su vida de expatriada, cómo llegó hace ahora cuatro años a Escocia, la tierra a la que ahora llama hogar.