Enric Miralles acudía a la literatura frecuentemente. Se atrevió a definir a Antoni Gaudí como el alter ego de un personaje de ficción: «Siempre he pensado que el arquitecto Gaudí era una invención del escritor Calvino». Esta primera antología de los escritos completos de Enric Miralles (1955-2000) persigue cartografiar la complejidad de los universos por los que transita la obra de uno de los mejores arquitectos del siglo XX. En cuatro capítulos "“formación y compañeros de viaje, textos que generan proyectos, divergencias, y palabras, verbos... y un poema"“, se hace hincapié en cómo el dibujo es también escritura y forma de pensamiento. Esta actividad lo acompaña siempre, como un complemento necesario al gesto de sentarse, de coger el lápiz, de doblar el papel, de marcar los libros con un sinnúmero de puntos, hasta llegar a sorprenderse ante la aparición de una forma nunca imaginada como «la mejor caligrafía posible al escribir" ... Allí sentados, casi nos parece ver nuestras ideas».